La termografía es una técnica de imagen que permite detectar la radiación infrarroja (calor) emitida por objetos o cuerpos. Utiliza cámaras termográficas para crear imágenes llamadas «termogramas», que muestran las variaciones de temperatura en superficies. Esta tecnología es ampliamente usada en diversos campos debido a su capacidad de detectar problemas que no son visibles a simple vista, como fugas térmicas, fallas eléctricas o incluso anomalías en procesos industriales.
¿Cómo funciona la termografía?
La termografía infrarroja se basa en la detección del calor. Todos los objetos con una temperatura mayor a 0 absoluto (-273,15 °C) emiten radiación infrarroja, invisible al ojo humano. Las cámaras termográficas capturan esta radiación y la transforman en una imagen visible. Los colores en el termograma representan diferentes temperaturas: los colores dependen de la paleta elegida de entre las distintas opciones que ofrecen la cámara o el software y se reparten de acuerdo a las temperaturas registradas
Tipos de termografía
Existen dos principales tipos de termografía:
1. Termografía pasiva
En este tipo de termografía, se mide la radiación infrarroja que emite naturalmente un objeto o superficie. No se aplica una fuente externa de calor. Se utiliza para detectar diferencias naturales de temperatura.
2. Termografía activa
Aquí, se añade una fuente de calor externa para aumentar el contraste térmico. Se utiliza cuando la radiación infrarroja natural es insuficiente para detectar las anomalías que se buscan.
¿Para qué se usa la termografía?
La termografía tiene múltiples aplicaciones en diferentes industrias, gracias a su capacidad para detectar anomalías invisibles. A continuación, exploramos algunos de sus usos más comunes.
1. Inspección de edificios y eficiencia energética
Uno de los usos más extendidos de la termografía es la inspección de edificios. Ayuda a identificar puntos de fuga térmica en viviendas y edificios comerciales, lo que permite mejorar la eficiencia energética. Por ejemplo:
- Detección de fugas de aire si existe una diferencia de presión con el exterior que permita la entrada de aire por grietas/aberturas existentes.
- Identificación de áreas mal aisladas.
- Localización de puentes térmicos.
Estas inspecciones contribuyen a reducir el consumo energético, ya que permiten optimizar el uso de sistemas de calefacción y aire acondicionado. Puedes pedir tu presupuesto para certificación energética con nosotros.
2. Inspección eléctrica
En la industria eléctrica, la termografía se emplea para la detección de problemas en equipos eléctricos. Al detectar puntos calientes, que son indicativos de fallas en componentes como cables, interruptores o transformadores, se pueden prevenir incendios o fallas catastróficas.
Aplicaciones eléctricas clave:
- Detección de conexiones sueltas.
- Identificación de sobrecalentamiento en sistemas eléctricos.
- Inspección de paneles solares para localizar fallas en celdas.
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3. Mantenimiento predictivo en maquinaria
En el ámbito industrial, la termografía es una herramienta esencial para el mantenimiento predictivo. Mediante el monitoreo regular de la temperatura de máquinas, se pueden anticipar fallas antes de que ocurran.
Beneficios en la industria:
- Reducción de tiempos de inactividad no planificados.
- Prolongación de la vida útil de los equipos.
- Optimización de los programas de mantenimiento.
4. Aplicaciones médicas
En el campo de la medicina, la termografía también tiene un lugar importante. Se utiliza como una herramienta no invasiva para detectar anomalías en el cuerpo humano, como inflamaciones o problemas circulatorios. En oncología, por ejemplo, puede ayudar a identificar tumores al detectar diferencias en la temperatura de los tejidos.
Beneficios de la termografía
La termografía infrarroja ofrece una serie de beneficios en comparación con otros métodos de inspección, debido a su naturaleza no invasiva y no destructiva. Algunos de sus beneficios más destacados son:
1. Detección temprana de problemas
Una de las mayores ventajas de la termografía es la detección temprana de problemas antes de que sean visibles o causen daños mayores. Esto permite tomar acciones preventivas, evitando costosas reparaciones o la sustitución de equipos.
2. Seguridad
En aplicaciones eléctricas o industriales, la termografía permite realizar inspecciones sin necesidad de contacto directo con los componentes, lo que reduce el riesgo de accidentes laborales.
3. Reducción de costos
Gracias a su capacidad para detectar fugas o fallos de manera anticipada, la termografía contribuye a una significativa reducción de costos en reparaciones y mantenimiento, además de mejorar la eficiencia energética.
Conclusión
La termografía es una herramienta extremadamente útil en diversos sectores. Su capacidad para identificar anomalías térmicas invisibles a simple vista la convierte en una técnica crucial para el mantenimiento predictivo, la eficiencia energética y la seguridad eléctrica. Con su uso, se pueden tomar decisiones más informadas, reducir costos y prevenir posibles problemas antes de que causen daños graves.
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