La certificación verde es una herramienta fundamental en el ámbito de la construcción sostenible. Cada vez más edificios buscan no solo cumplir con la normativa técnica, sino también reducir su impacto ambiental, mejorar la calidad del entorno construido y aportar beneficios a quienes los habitan. Esta certificación permite evaluar y cuantificar el comportamiento ambiental de un edificio de forma objetiva, estandarizada y reconocida en el sector.
Impulsada por Green Building Council España (GBCe), la certificación verde ofrece una metodología adaptada al contexto nacional, basada en los principios del desarrollo sostenible, la eficiencia energética, la conservación de recursos naturales y el bienestar de las personas. A través de una serie de indicadores ambientales y de calidad, permite clasificar los edificios en distintos niveles de sostenibilidad, aportando un valor añadido tanto técnico como comercial.
En qué consiste la certificación verde
La certificación verde es un sistema de evaluación ambiental voluntario que se aplica tanto a edificios nuevos como a los ya existentes, incluyendo viviendas, oficinas, centros comerciales o educativos. Su objetivo es analizar el comportamiento de un edificio desde una perspectiva integral, teniendo en cuenta todo su ciclo de vida, desde la fase de diseño hasta su uso y mantenimiento.
El sistema está compuesto por una serie de criterios agrupados en áreas temáticas, como:
- Consumo de energía y emisiones de CO₂
- Calidad del aire interior y confort térmico
- Uso eficiente del agua
- Selección de materiales sostenibles
- Gestión de residuos
- Impacto sobre el entorno y el paisaje
- Integración en el tejido urbano y social
Cada criterio aporta una puntuación que, al sumarse, determina el nivel de sostenibilidad alcanzado por el edificio. Este enfoque cuantitativo y transparente facilita la comparación entre proyectos y permite establecer objetivos de mejora durante el proceso constructivo.

Por qué es importante obtener esta certificación
Contar con la certificación verde supone una garantía de que el edificio ha sido evaluado bajo estándares ambientales rigurosos. Esto tiene un impacto directo en la imagen del proyecto, su valor de mercado y su capacidad de adaptación a las nuevas normativas que impulsan la eficiencia y la reducción de la huella ecológica.
Además, esta certificación responde a una creciente demanda social y empresarial por espacios más saludables, sostenibles y responsables. Los edificios certificados son más eficientes en términos energéticos, lo que se traduce en un ahorro económico real para los propietarios y usuarios. También generan un entorno más cómodo, saludable y adaptado a las condiciones climáticas locales.
Para promotores y desarrolladores, la certificación verde representa una ventaja competitiva. Aporta visibilidad y reconocimiento a nivel institucional, facilita el acceso a financiación verde y puede mejorar el posicionamiento del inmueble en mercados cada vez más exigentes.
Quiénes pueden optar a esta certificación
Uno de los puntos fuertes de la certificación verde es su versatilidad. No se limita a un tipo de edificio o fase concreta, sino que puede aplicarse a diversas tipologías y momentos del proyecto. Algunas de sus aplicaciones más comunes incluyen:
- Viviendas unifamiliares y bloques residenciales
- Oficinas y edificios administrativos
- Centros educativos y sanitarios
- Espacios comerciales y hoteles
- Proyectos de rehabilitación y reforma energética
- Planeamiento urbano sostenible
Además, puede aplicarse en fase de diseño, de construcción o incluso una vez que el edificio ya está en uso. Esto permite tanto planificar una edificación eficiente desde cero como mejorar el rendimiento ambiental de inmuebles existentes.
Cómo se obtiene la certificación verde
El proceso para conseguir la certificación verde está estructurado de forma clara y profesional. Todo comienza con el registro del proyecto en la plataforma de GBCe, donde se asigna un evaluador autorizado que acompañará todo el proceso. Las principales fases son:
- Análisis inicial: se recopila documentación y se estudia el potencial de sostenibilidad del edificio.
- Aplicación de medidas de mejora: si es necesario, se sugieren cambios o estrategias para alcanzar una mejor calificación.
- Evaluación técnica: el evaluador revisa los documentos, cálculos y evidencias aportadas por el promotor o técnico responsable.
- Auditoría externa: una segunda revisión garantiza la imparcialidad y fiabilidad de los resultados.
- Emisión del certificado: con el nivel final alcanzado y la validación por parte de GBCe.
Los edificios pueden alcanzar diferentes niveles de certificación según la puntuación obtenida: Básico, Medio, Avanzado o Excelente. Esta clasificación permite comunicar de forma sencilla el grado de sostenibilidad del inmueble.
Relación con otras certificaciones internacionales
La certificación verde convive con otros sistemas internacionales como LEED o BREEAM, y aunque todos comparten el objetivo de fomentar la sostenibilidad en el sector inmobiliario, cada uno tiene sus particularidades. En el caso de VERDE, destaca por:
- Estar específicamente adaptada al contexto normativo y climático de España.
- Permitir la evaluación del ciclo de vida completo del edificio.
- Incorporar criterios sociales y culturales en la valoración del proyecto.
Esto hace que muchas administraciones y profesionales en España opten por esta certificación como referencia principal, sobre todo en proyectos públicos o de promoción social.
Beneficios tangibles de un edificio con certificación verde
Un inmueble que cuenta con la certificación verde no solo cumple con una serie de criterios ambientales, sino que también proporciona ventajas directas para sus propietarios, usuarios y promotores. Entre los beneficios más destacados están:
- Ahorro energético gracias al diseño pasivo y a instalaciones más eficientes.
- Mayor confort térmico, acústico y visual para los ocupantes.
- Reducción del impacto ambiental, tanto en fase de obra como en el uso del edificio.
- Valor añadido en el mercado inmobiliario, que puede reflejarse en el precio de venta o alquiler.
- Cumplimiento normativo y mejor posicionamiento frente a futuras exigencias legales.
Estos beneficios hacen que la inversión en sostenibilidad sea una decisión estratégica a largo plazo, tanto en términos económicos como sociales y medioambientales.
Apostar por edificación verde es mirar hacia el futuro
La construcción sostenible ya no es una tendencia, sino una realidad que define el presente y marcará el futuro del sector. Apostar por herramientas como la certificación verde es una manera de comprometerse con la calidad, la eficiencia y la responsabilidad ambiental en cada proyecto.
Más allá del cumplimiento con estándares, se trata de construir de forma consciente, responsable y alineada con los valores que demanda la sociedad. Cada edificio certificado es una contribución real a la mejora del entorno y a la reducción del impacto ambiental global.
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